Como novedad con respecto a sus anteriores exposiciones, Sheila McKinnon ha jugado a combinar, intercalar y superponer diferentes imágenes dentro de cada una de las fotografías creando una nueva forma de arte visual para narrar estas historias de mujeres jóvenes. Este es sólo uno de las innovaciones que la fotógrafa ha desarrollado en este proyecto. El impacto visual que nace de esta idea (donde una niña aparece en diversas situaciones dentro de la misma imagen) consigue aumentar el dramatismo y la emoción y, a su vez, relata el presente y futuro de estas jóvenes. Un futuro que, tal vez sí, tal vez no, sea mejor que el devenir de la realidad que les envuelve.
Los contrastes, la saturación del color, la exposición de la luz y las diferentes técnicas fotográficas permiten a la artista construir una narración visual absolutamente moderna y vanguardista en la estética, y fascinante y poderosa en el contenido poético que transmite. La fuerza, la energía y el color enfatizan el dinamismo de estas imágenes y lleva a Sheila McKinnon a alejarse de la fotografía documental y de los posados y retratos, más característicos de la fotografía humanitaria que ha realizado durante años.
