Para Sheila McKinnon "transmitir las emociones, sueños, dramas y vidas de estas chicas que, de otra forma, no tendrán la oportunidad de comunicarse con el resto de la sociedad y los países de eso que llamamos Primer Mundo es motivo suficiente para hacer esta muestra". De hecho, las 40 imágenes que componen la muestra, llevan al espectador de una manera amable, pero también dramática y directa, sin sutilezas, hasta los suburbios de Calcuta o los poblados del altiplano boliviano a través de esta visión, elaboración y tratamiento de las fotografías desde un punto de vista artístico y no meramente documental.
Los dramas y vidas de esas niñas y adolescentes de los que habla la artista están recogidos en cifras que aportan organizaciones y organismos internacionales. Las razones para hacer esta muestra son las mismas que manejan las grandes instituciones y ong's que apuestan por el desarrollo social y económico de estas mujeres. Según varios informes:
- Las adolescentes pobres de entre 10 y 18 años suelen ser cabezas de familia y están al frente de la crianza y cuidado de un hijo o de hermanos menores. Muchas veces, son obligadas a vender su propio cuerpo a cambio de comida, ayuda económica o acaban aceptando trabajos donde apenas cobran suficiente dinero en condiciones deplorables. Tal y como aseguran los informes de instituciones y organismos internacionales como la ONU: invertir en educación en estas niñas supone que se casarán, como mínimo, cuatro años más tarde y tendrán 2 hijos menos.
- Las niñas adolescentes de entre 10 y 14 años que viven lejos de sus familias son obligadas a abandonar el colegio y buscar trabajos sirviendo y limpiando en casas ajenas donde, tal vez, les traten un poco mejor que en sus propias casas. En la búsqueda de su propia felicidad, se ven obligadas a emigrar a las grandes ciudades, separándose de sus amigos y familia, convirtiéndose en dependientes de los jefes que, por regla general, no les ofrecen protección social ni sanitaria. En la mayoría de los casos, acaban siendo objeto de abusos sexuales y víctimas de mercados de tráfico sexual. Tal y como aseguran los informes de instituciones y organismos internacionales como la ONU: cuando un 10% de las niñas van a la escuela secundaria, el país, su país, también mejora en cuanto que la economía crece un 3%.
- 600 millones de niñas y adolescentes viven en la más absoluta de las miserias donde la pobreza (oficialmente reconocida como menos de 1 dólar diario para vivir) no es sólo cuestión de dinero, sino de valores y derechos humanos ausentes hacia la mujer.
En definitiva, sobran las razones.
Dirección mail de Sheila McKinnon: sheilamc3@gmail.com